domingo, 22 de noviembre de 2015


Alegría sin límites. Recuperamos mi país.
Este post es una excepción. No es éste un lugar pensado para hablar de política. De hecho, casi siempre evito hablar de política incluso en mi vida personal. En realidad, de lo que quiero hablar no es de política sino de sentimientos.
Cómo nos rompieron las pelotas estos últimos 12 años. Con qué malsano placer se dedicaron a destruir todo lo que amamos siempre. A maldecirlo, a negarlo, a pretender que nos sintiésemos culpables por ser quienes somos.
En algún momento temí que el daño fuera irreversible. Tenía miedo de no llegar a ver este momento (mi viejo, por ejemplo, no llegó a verlo). Tenía miedo de que mis hijas, nacidas en este período, crecieran en un país condenado a ser fue como en estos 12 años. A su estética decadente y su ética inexistente. Tenía miedo de que llegara el día en que ellas no pudieran entenderme, que se creyeran todo el verso que las rodeaba y pasaran a mirarme con recelo.

Por eso hoy es un día de festejo. Después vendrán las vicisitudes del día a día, los pequeños detalles de la construcción de un cambio que, seguramente, no va a ser fácil ni va a salir gratis. Pero esos detalles ya no me interesan. Que los analicen los editorialistas de los diarios del domingo; yo ya no los pienso leer. Total, si sobreviví a 12 años de kirchnerismo, puedo sobrevivir a cualquier cosa. Hoy celebro. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

BUENAS NOTICIAS: SE EDITA "JERUSALEM" DE ALAN MOORE

Entre las mejores entrevistas que leí en los últimos tiempos está la que, el año pasado, le hicieron a Alan Moore en la Revista Aeon.

Según Moore, el continuo espacio-tiempo forma una especie de “gran pelota de vidrio” donde el pasado y el futuro están interminablemente fijos, y la vida humana es como “pequeños filamentos incrustados en un huego gigantesco y vasto” (…) “Cada persona, cada sorete de perro, cada lata de cerveza aplastada (…) nada se pierde. Ninguna persona, ninguna brizna de partícula se pierde. Ningún evento. Todo está ahí por siempre. Y si cualquier lugar es eterno, entonces el más ígnaro de los barrios bajos es la ciudad eterna [esto es: Jerusalén], ¿no es cierto? La cuádruple ciudad eterna de William Blake. Todas estas áreas condenadas y desfavorecidas son Jerusalén, y cada persona en ellas es un ser eterno, digno de respeto.”

“Jerusalem” es el título de su novela sobre su barrio natal. La terminó en 2014, pero le llevó más de una década escribirla. Tiene más de un millón de palabras; según se decía entonces, nadie le quería editar semejante ladrillo.

La buena noticia llega hoy en la web española Papel en Blanco. Aseguran que el libro está "en proceso de refinar" (lo van a reducir de un millón de palabras a "sólo" seiscientas mil) pero ya se ha anunciado que saldrá en otoño de 2016 tanto en Reino Unido (por Knockabout) como en EEUU (Liverlight Publishing).



Yo estoy a cargo de este universo, justo como tú estás a cargo de aquel universo. Así que soy la deidad suprema de este universo, como podría serlo cualquier otro. Y no me voy a meter con el universo de nadie más, al menos hasta donde pueda –y no es mi deseo hacerlo–, así que más les vale que no se metan con el mío. Este es más o menos el contrato que he establecido. Mi contrato con la realidad. Ustedes me dejan en paz y yo los dejo en paz.”