viernes, 11 de octubre de 2013



El lunes 30 de Septiembre tuve una sesión de Reiki con una mujer que conozco de mi pueblo natal. Al final de nuestro encuentro, le pregunté si alguna vez había tenido alguna clase de experiencia extraña que involucrara búhos.

Le pregunté: “¿Viste algún búho recientemente?”

Me dijo, “Es curioso que me lo preguntes. Mi novio y yo vimos anoche una lechuza realmente gigante; fue algo increíble.”

Me explicó que habían visto una inmensa lechuza con cuernos que iba volando a su lado, desde un poste de alambrado hacia una rama, al tiempo que ella atravesaba un camino rural. Pasó zumbando junto a ella, volando muy bajo para luego posarse en el suelo del otro lado del camino. Desde ahí, dice, siempre se mantuvo en frente de ellos en todo lo que duró el paseo. Se iba moviendo muy lento, volando siempre muy cerca del suelo, como si los siguiera.

Calmadamente le dije, “Era yo. Ese búho tiene que ver con esto, con nosotros estando acá en este momento.”

Coincidió conmigo.

Esa misma noche me mandó un email donde me contaba que había vuelto a ver una lechuza después de nustra sesión. Lo describió como un gigantesco búho gris, estaba en el mismo lugar de su experiencia anterior, y se le “apareció” justo en el momento en que ella pensaba que le gustaría materializar un elefante.